¿Qué ver en Bahía de los Ángeles?

Puedes observar mientras recorres la bahía tiburones ballenas nadando tranquilamente al ras de la superficie, una especie inofensiva para el hombre, ya que a diferencia de sus temidos parientes se alimenta sólo de diminutos animales y algas que conforman el plancton. Su boca, si bien puede alcanzar un metro de ancho, carece de dientes, por lo que filtra el alimento a través de sus branquias.

Las aguas de la bahía son también refugio de la ballena de aleta, el segundo animal más grande que ha existido en nuestro planeta, sólo superado por la ballena azul. También abundan los delfines, y en las islas se ven colonias de lobos marinos.

A su vez, ahí se encuentra la población de pelícano pardo más importante del Golfo de California. Esta ave marina se alimenta sobre todo de sardinas que captura cerca de la superficie, cuando estos anidan son muy sensibles a la perturbación humana, por lo que se prohíbe descender en estas islas en el verano durante su temporada reproductiva.

Otra ave de singular belleza y fácil de ver en el área es el águila pescadora, especie que construye sus nidos en los acantilados más altos de las islas. Se alimenta de peces, de ahí su nombre. Para localizar a sus presas sobrevuela al ras del agua hasta lograr su cometido, preferentemente en aguas poco profundas. Entonces emprende un vuelo en picada y se zambulle en el agua capturando a su presa con sus garras. Durante la época de animación el macho se encarga de proveer el alimentos, mientras la hembra permanece en el ido protegiendo a sus polluelos del sol y depredadores.

Las tortugas marinas fueron aprovechadas en forma sustentable por los pueblos indígenas de la región durante siglos. Sin embargo, la pesca de las últimas décadas las ha llevado casi a la extinción. A partir de 1940, estas especies comenzaron a explotarse comercialmente, en la década de 1960 la producción llegó a ser una de las más importantes de México, y a inicios de 1970 las capturas disminuyeron.

Preocupados por la drástica disminución de dicha especie, hace más de 20 años se estableció el primer Centro para el Estudio y la Conservación de las Tortugas Marinas del noroeste de México. Esta iniciativa, apoyada por el Instituto Nacional de la Pesca, se ha convertido en un estandarte para la conservación de los recursos marinos de la bahía.

Dicho campamento tortugueros recibe decenas de visitantes, entre estudiantes, científicos y turistas, quienes se acercan para observar a las tortugas en cautiverio en una serie de estanques construidos en la playa. Este inusual laboratorio ha permitido estudiar detenidamente la biología y fisiología de las tortugas, y ha dado lugar a un experimento de trascendencia mundial. Centro tortuguero que predica en la localidad la necesidad de detener la pesca clandestina y colaborar en la conservación de estos animales.

Pocos lugares en el mundo cuentan con la diversidad marina y la belleza de los paisajes como Bahía de los Ángeles, lo que confiere un enorme atractivo turístico y científico. En respuesta a este potencial, se han instalado en la localidad varios hoteles, comercios y restaurantes. Sin embargo, el privilegio de contar con estas riquezas naturales implica también una gran responsabilidad, ya que es necesario utilizar estos recursos sin amenazar su conservación para futuras generaciones.

Conscientes de la situación sus habitantes y la organización conservacionista Pronatura impulsaron la creación del Parque Nacional Bahía de los Ángeles. Esta nueva área natural protegida abarcaría las islas y la porción marina del lugar, sirviendo como marco para regular y promover el desarrollo sustentable de la pesca comercial, deportiva y el turismo de la región. ¡Esto beneficiará a la comunidad local, asegurando la conservación de esta joya en el Mar de Cortés!

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